Aclaración: no tengo
absolutamente NADA en contra de los gatos, pero a causa de ellos he sufrido un
poco desde que Asgard está en casa y es precisamente eso el tema de hoy.
¡Sean bienvenidos una vez más a su
blog perruno preferido!
Creo que
es de conocimiento común que perros y gatos no son muy amigos, esta declaración
aplica fuertemente para Asgard.
En mi
colonia siempre ha habido una población de gatos muy grande, probablemente sea
mayor que la de perros; por lo tanto no es tan fuera de lo usual que de repente
aparezca algún gato en mi patio o garaje. Al principio, Asgard no tenía
problema alguno con ver a un gato pasar, solo lo observaba con curiosidad, todo
cambió el día que un gato decidió entrar y comer de su comida. Esto fue gran NO
NO NO en la vida de Asgard, por lo tanto, en la mía también.
Gato visto por Asgard, gato perseguido hasta que logre refugiarse en
un lugar alto porque si es debajo de un carro, no importa que tan bajo sea,
Asgard va a intentar meterse ahí. Y como la vista de Asgard está puesta sobre
el gato, no tiene noción de lo que la rodea significando peligro, así que como
toda buena madre salgo corriendo atrás de ella y gritándole para tratar de
captar su atención (suena como a mi mamá con mis hermanos… conmigo no, yo me
porto bien😇)
Antes de
contarles las ocasiones en que mi propia vida ha corrido peligro porque un bendito gato decide cruzarse enfrente de
Asgard, les contaré el pequeño ritual con el que Asgard cumple diariamente
antes de salir de la casa; es importante para las historias a continuación,
pues vean, es que desde prepararnos para pasear… Asgard convierte todo en una
odisea.
Al
escuchar que tomo las llaves de la casa, Asgard corre como loca hacia la puerta
de entrada, agarra impulso y luego corre hacia mí, saltando y prácticamente
botándome de la emoción (sinceramente, ¡no entiendo! Siempre parece que nunca
ha salido porque se emociona demasiado, conozco a personas que sacan a sus
perros a pasear como cada dos meses y los perros nunca se exaltan como Asgard
todos los días… en fin). Cuando logro bajar las gradas y llegar al portón
grande donde cuelgo su correa, ella se sienta frente al portón pequeño y espera
a que tenga la correa en mis manos y ¿adivinen qué hace? Sí, se vuelve a tirar
encima mío, esta vez abriendo la boca para agarrar su correa, pero siempre
arreglándoselas para "confundir"
su correa con mi brazo… seguido, tiene una especie de pelea ficticia con su
correa hasta que me doy por vencida y dejo caer la correa al piso antes de que
mis brazos sigan sufriendo daños colaterales, al ver que la correa se doblega
ante su poder, se sienta y espera a que la enganche a su collar; en cuanto
escucha el click de la correa, se para y
espera a que abra el portón pequeño para salir algo despavorida de la casa (por
eso siempre le digo mientras abro el portón "sin correr, Asgard, sin
correr", ¿ven que sueno como una madre responsable?).
Pues en
la ocasión más reciente, regresé a mi casa en la noche después de clases, un
día no tan cargado, una noche fresca con indicios de lluvia, pero -hasta el
momento- seca. Al llegar dije "Asgard, salgamos mientras está lista mi
cena y antes de que llueva", en cuanto escucha estas palabras y me ve
tomar las llaves, comienza el ritual que describí anteriormente. Salimos de la
casa y comenzamos a pasear, fuimos hasta la otra calle y estando ahí, comenzó
a brisar. "No creo que empiece a llover fuerte ahorita, hay tiempo,"
pensé, "podemos seguir caminando, al llegar a casa de nuevo estaremos a tiempo antes de que se venga el
aguacero". Estaba equivocada. Caminamos un poquito más hacia el parque
cuando comenzó a llover mucho más fuerte,
fue aquí cuando dije "¡Asgard, vámonos!", agarré bien su correa y
comenzamos a correr, la intensidad de la lluvia seguía aumentando
exponencialmente. Pasé la calle de debajo de la mía rápidamente y gracias a un
gran almendro, nos protegimos como 5 segundos de una fuerte lluvia, seguimos
corriendo, doblamos a la derecha y esta es la recta final antes de un doblez y
listo, ¡estaríamos en casa!
…estaríamos… si no se le hubiera ocurrido a un
desgraciado gato estar sentado en la esquina de la casa de mis vecinos.
¿Les dije
que veníamos corriendo, verdad? ¿Saben la fuerza y la rapidez que toma un husky
al estar corriendo? Les recuerdo que son perros de nieve, tienen una fuerza
increíble y son muy rápidos…
El punto
es, que ya veníamos mojándonos, ya veníamos rápido y al ver al gato, Asgard
incrementó su velocidad y su fuerza, una a la que yo ya no puedo mantenerme,
así que en este momento tengo dos opciones:
- Intentar mantener su ritmo y probablemente "caer de pico" -como dice el buen hondureño- en el pavimento y rasparme la cara, los brazos y las piernas, finalmente soltándola invluntariamente para que persiga al gato, o
- Soltar la correa para que persiga al gato y tratar de alcanzarla yo a ella, pero logar estabilizar mi cuerpo antes de que caiga al piso o de estrellarme en el carro de mi vecino que tengo justo enfrente. NOTA: mi vecino parece ser un tipo muy enojado, y creo que no me gustaría averiguarlo estrellándome en su carro.
¿Qué
opción habrían tomado? Obviamente la solté, pero de igual manera esto no evitó
que todo el impulso que traía de la corrida hiciera que me estampara como sticker en el carro del vecino, por suerte, no
me escuchó ni me vio. El pobre gato salió huyendo como loco hacia el otro
extremo de la calle, y Asgard no quitó su vista de sobre él, los vi correr y
como acababa de medio sufrir, no salí atrás, sino miré el trayecto que estaban
tomando para colocarme estratégicamente en algún lugar y lograr detener a
Asgard. Bien hecho, Leda.
Tal como lo imaginé, el gato hizo una vuelta rara y estaba regresando
hacia la casa del vecino, Asgard venía por el centro de la calle así que me
coloqué en una posición de jugador de fútbol americano esperando recibir el
balón, excepto que yo no tenía la protección que ellos tienen… y no recibiría
un balón, sino algo mucho más pesado… y peludo… 😰
Como
Asgard no es tonta, cuando más cerca de mí estaba, no iba a dejar que el gato
se escapara, intentó esquivarme, y lo logró pero en el momento que me
esquivó, su correa salió volando hacia un lado, y se trabó justo debajo de la
llanta de mi carro. Digamos que se medio ahorcó, pero fue la única manera en
que se pudo frenar; el gato logró entrar a su casa, y yo pude agarrar a mi descontrolada
hija. Para este momento, la lluvia ya estaba súper fuerte y yo ya estaba
empapada. Justo al entrar a la casa escucho a mi mamá decir "Rosa, ¿y tu
hermana?" y en lo que se dio la vuelta, aparecí, empapada por la lluvia,
con unas manos adoloridas por estrellarme en un carro y seguramente con un
gripe que no tardaría en llegar porque
sí, me congestioné un poco después.
Créanme,
esto no ha sido lo único que he sufrido a causa de un gato, los gatos y Asgard
han hecho que a veces tenga una sesión intensa de cardio solo por evitar que
algo le pase a mi bebé…
Ahora, Asgard quiere saber: ¿tu mascota odia a alguna
otra especie en particular? ¿por qué? Contános si tu hij@ te ha hecho salir
corriendo atrás de él/ella y si también quedaste como sticker en un carro.
¡Guau!